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Te invitamos a descubrir la riqueza arquitectónica y espiritual de este encantador destino turístico. Comenzando por la imponente Basílica del Redentor, cuyos orígenes se remontan al siglo XIII. Su ábside sigue el estilo gótico primitivo y, además, cuenta con elementos románicos que añaden un encanto especial. En el siglo XV, se erigió la torre campanario, majestuosa y altiva, que se alza hasta los 51 metros de altura. En el siglo XVIII, específicamente en 1762, se adosó la Capilla de la Comunión a la nave gótica, un espacio sagrado decorado con hermosos frescos de Josep Vergara. En reconocimiento a su invaluable valor artístico, en 1969 todo el conjunto fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional, un tesoro que merece ser admirado y apreciado.
Continuando nuestro recorrido, encontramos la encantadora Ermita de la Sagrada Familia, que data del siglo XIX. Su arquitectura y ambiente sagrado te envuelven en una atmósfera de serenidad y devoción, invitándote a reflexionar y conectarte con lo divino. La Ermita de San Blas, posiblemente una antigua mezquita, nos traslada a épocas pasadas y nos permite vislumbrar la diversidad histórica y cultural de la región. Y no podemos olvidar la Ermita de San Gregorio, un hermoso lugar de culto que nos acerca a la espiritualidad y a la historia de la comunidad.
El Templo de San José, ubicado en el Convento de los religiosos Carmelitas Descalzos, es una joya arquitectónica que te cautivará con su estilo gótico sobrio pero elegante. Esta maravilla comenzó a construirse en 1898 y, tras varios periodos de trabajo, fue consagrada en abril de 1929. La obra del arquitecto Ros de Ursinos destaca por su singularidad, con una única nave y un crucero central que dan lugar a un espacio sagrado de gran belleza y serenidad. En su interior, encontrarás vidrieras cautivadoras, tallas y relieves de Octavi Vicent y Carmelo Vicent, así como magníficos altares de madera policromada que son verdaderas obras de arte.
No puedes dejar de visitar el Exconvento e Iglesia de la Merced, destinado originalmente como Seminario de Misiones en el siglo XVIII y posteriormente reconstruido a principios del siglo XIX. Aunque su aspecto actual es moderno, ha mantenido la estructura que lo caracterizaba en tiempos pasados. La iglesia, con su planta rectangular y una cruz latina inscrita en ella, resalta por su nave central y su crucero, más amplios y altos que las secciones laterales. Este lugar de culto, que aún se utiliza con fines religiosos, te invita a admirar su arquitectura y a conectarte con la espiritualidad.
Mientras exploras este encantador destino, podrás encontrar dos hitos o cruces de término que se han conservado a lo largo del tiempo. Aunque en el pasado pudo haber más, uno de ellos se encuentra en la entrada del pueblo por el camino de Vila-real, conservando únicamente la peana original, mientras que el otro, ubicado al comienzo del camino de l'Eccehomo, fue erigido en 1913 para conmemorar el decimosexto aniversario del Edicto de Milán. Estos hitos históricos nos recuerdan la importancia de la memoria y la preservación de nuestro legado cultural.
Además de las maravillas mencionadas, Borriol cuenta con varias ermitas que también merecen ser visitadas. La Ermita del Eccehomo, del siglo XVIII, es un lugar de paz y reflexión, mientras que la Ermita de la Misericordia, también del siglo XVIII, nos invita a experimentar la compasión y la bondad. Por último, la Ermita de Santa Bárbara, del siglo XIX, nos ofrece un espacio de espiritualidad y devoción, enriqueciendo nuestra experiencia en este maravilloso destino.
Es un municipio que combina la grandeza arquitectónica y espiritual en cada uno de sus rincones. Desde la majestuosidad de la Basílica del Redentor hasta la tranquilidad de las ermitas y el encanto de las construcciones históricas, este destino te invita a sumergirte en su legado cultural y espiritual. Disfruta de la serenidad y la belleza de Borriol mientras te conectas con su historia y su esencia más profunda.
