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¡Bienvenido a Cirat, un destino lleno de encanto y misterio!
Al adentrarte en el Castell de Cirat, te sentirás transportado a épocas pasadas. Desde lo alto del promontorio, podrás contemplar las impresionantes vistas del barranco de les Salines y el sinuoso recorrido del río Millars. Las ruinas del castillo te mostrarán los vestigios de una torre semicircular, testigo de batallas y estrategias defensivas. La ubicación estratégica del recinto te impresionará, ya que cuenta con una defensa natural incomparable. No te pierdas los restos del aljibe, donde podrás apreciar las estructuras de su bóveda y las paredes que lo impermeabilizaban. Cerca de allí, una enigmática estructura rectangular, construida con bloques regulares, te invita a desvelar su misterioso propósito. En la superficie del suelo, descubrirás cerámicas islámicas decoradas que cuentan la historia de esta región llena de riqueza cultural.
La Iglesia de Sant Bernat, un tesoro del siglo XVII, te recibirá con su sencillez y espiritualidad. Su nave única, capillas laterales y ausencia de crucero te transportarán a un ambiente de recogimiento y devoción. Cada detalle arquitectónico tiene una historia que contar, y la imponente torre campanario de estilo barroco te invitará a elevar la mirada y contemplar el horizonte desde las alturas.
En la animada Plaza Mayor de Cirat se erige el imponente Palacio de los Condes de Cirat, que data del siglo XVI. Su planta rectangular, construida con grandes sillares, le confiere una presencia majestuosa. Al acercarte, te fascinarán las numerosas ventanas y la entrada principal, destacada por su elegante arco de medio punto. Aunque el palacio ha sufrido transformaciones a lo largo de los años, aún podrás apreciar los vestigios de sus elementos defensivos, como las almenas y las aspilleras, que evocan épocas de resguardo y seguridad. Durante el siglo XVII, este palacio fue propiedad de Don Bernat Vilarig Marró de Carroz, un noble que ejercía su influencia en la región. Con el paso del tiempo, el palacio fue dividido entre tres herederos, y parte de su estructura central fue demolida para dar lugar a la construcción de pisos. Aunque en 1981 se derribó parte de la fachada, el palacio aún conserva su esencia histórica, cautivando a los visitantes con su poderío pasado.
Justo al lado del Palacio de los Condes, la imponente Torre del Palacio se erige como un testigo silencioso de los siglos XIII y XIV. Esta construcción, que en tiempos pasados funcionaba como una defensa adicional del palacio, muestra una arquitectura ligeramente anterior a la de su vecino. Su aspecto actual es el resultado de una reforma llevada a cabo en el siglo XVIII. La torre estaba conectada al palacio mediante un puente elevado que podía ser retirado en caso de amenaza, revelando su importancia estratégica en la protección del territorio. Con una estructura sólida y una planta cuadrada, su apariencia robusta no pasa desapercibida. Aunque su altura no es impresionante, su gran superficie revela su funcionalidad y propósito defensivo. Al atravesar su entrada principal, resaltada por un arco de medio punto, te adentrarás en su interior, donde el paso del tiempo ha dejado su huella. La cubierta, a dos aguas, ha sufrido modificaciones a lo largo de los siglos, y es probable que su apariencia original, con almenas que brindaban protección, sea diferente a la actual.
Ven y sumérgete en la historia y el encanto de Cirat. Descubre los vestigios de un pasado fascinante, maravíllate con la arquitectura medieval y déjate llevar por la atmósfera mágica de este lugar único. Cada rincón guarda secretos y leyendas que esperan ser revelados por aquellos que se aventuren a explorar este cautivador destino.
