Obtén un flujo constante de ingresos pasivos al confiarnos la gestión de tu alojamiento turístico.
Mientras paseas por las adoquinadas calles del centro histórico de Vila-real, tus ojos se encuentran con una vista impresionante que destaca entre los edificios que la rodean. Se trata de la majestuosa parroquia arzobispal de Sant Jaume, una obra arquitectónica única que combina elementos del barroco tardío clasicista y del academicismo neoclásico.
A medida que te acercas, puedes apreciar la grandeza de este templo católico, ubicado cerca de la plaza de la Vila. El edificio de planta rectangular se extiende imponente, con tres naves de igual altura sostenidas por ocho pilares. Estos pilares, con su forma cuadrada y capiteles corintios, le otorgan un toque elegante a la estructura.
Al ingresar al interior de la iglesia, tu mirada se eleva hacia los techos altos. Las naves laterales y las capillas presentan cabeceras planas, mientras que la nave central y los brazos del transepto se despliegan en formas poligonales. En el centro, un crucero sostiene una imponente cúpula sobre un tambor octogonal con ventanas de arco rebajado y pechinas. La nave central se cubre con una bóveda de cañón con lunetos, mientras que las naves laterales exhiben bóvedas de arista. El ábside central se destaca con una bóveda de cuarto de esfera octogonal, añadiendo un toque de majestuosidad al presbiterio.
Mientras exploras el espacio sagrado, descubres distintas estancias que rodean al presbiterio. A un lado, se encuentra la sacristía, de planta rectangular y cubierta por una bóveda abocinada ovalada. Justo encima, se halla el Aula Capitular, un lugar que resguarda secretos y acoge importantes reuniones. Al otro lado, se erige la capilla de la Comunión, de planta cuadrangular y con una cabecera circular cubierta por una bóveda abocinada de diseño radial. Pilares esquineros con fuste hundido y capiteles corintios brindan soporte a esta maravillosa estructura.
En su exterior, la iglesia muestra tres portadas, cada una con su encanto particular. La portada principal, sencilla pero elegante, exhibe un dintel moldurado que se prolonga hacia los jambajes en una fachada adornada con una cornisa mixtilínea y jarrones de piedra. La portada del mercado, con un dintel sobrio, se encuentra enmarcada por pilares que le otorgan un toque de distinción. La portada de la pescadería, con un dintel entre dos columnas adosadas, presenta un diseño que alterna sillares y piedra sin desbastar. Por último, la portada de la capilla de la Comunión, con sus dos cuerpos, destaca por los pilares que sostienen un entablamento con una robusta cornisa. Una hornacina enmarcada por pilares y rematada por un frontón corona esta hermosa entrada.
Tu mirada se eleva hacia la torre campanario, que se alza con imponencia y elegancia junto a la iglesia. Con sus 42 metros de altura, la torre tiene una planta cuadrangular en el primer cuerpo, de 9 metros de lado. Los pináculos que la coronan se fortalecen con un sólido basamento en los cuatro ángulos, mientras que los otros dos cuerpos adoptan una forma octogonal. El cuerpo de las campanas presenta aberturas de medio punto con dovelas e impostas molduradas en cada cara, y pilares en los ángulos para dar soporte a un entablamento que conduce a una balaustrada. Esta balaustrada, cargada de pináculos rematados con bolas, brinda una sensación de grandeza y solidez a la torre.
La parroquia arzobispal de Sant Jaume de Vila-real es un testimonio del esplendor arquitectónico y religioso que ha trascendido a lo largo de los siglos. Su diseño único y su ubicación central la convierten en un lugar de visita obligada para todos aquellos que aprecian la belleza y la historia. Al recorrer este magnífico santuario, te sumerges en siglos de tradición religiosa y admiras la habilidad de los artesanos que lo construyeron.
